
Si nada va a salvarse,
para qué escribir
que nada se salvará...
En esta mañana lluviosa
del 25 de octubre de 1962
habiendo tomado los acuerdos pertinentes
la humanidad está a punto de declararse demente.
Yo, un ciudadano cualquiera del mundo,
que habito en la casa sita en N
número 375, Habana, Cuba,
sentado en la cama
en plena posesión de mis facultades mentales
tengo a bien declarar
que me he vuelto loco.
Y como tal,
y en uso de mi insania
declaro
estar listo para el holocausto.
Virgilio Piñera

Porque me alienta el formidable orgullo
De vivir, ni envidioso ni envidiado,
Persiguiendo fantásticas visiones,
Mientras se arrastran otros por el fango
Para extraer un átomo de oro
Del fondo pestilente de un pantano.
Julián del Casal
Poesias extraidas de la maravillosa revista literaria La Habana Elegante
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