viernes, 25 de abril de 2008

Lo siento, la suma de los colores da negro

La vida cotidiana en su complejidad y vulgaridad esconde momentos de belleza absoluta en los que para ser un héroe no hace falta volar. Nicolás Casariego, el menor de tres hermanos – todos literatos– nos trae veinte relatos que suponen una nueva e interesante exploración del mundo contemporáneo, desde la ambivalencia de enfoques y sentimientos con la que nosotros, sus habitantes, lo abordamos. Casariego es de escritura llana y sin grandilocuencias lo cual puede ser un buen descanso de otras lecturas más elaboradas.

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