viernes, 28 de marzo de 2008

Quim Monzó, escueto y transcendente


Me gusta este escritor de relatos cortos, sobre todo porque al leerlo no resulta nada pretencioso ni en la forma ni en el fondo de sus relatos, lo cual es de agradecer ya que te libra de polvo y paja para centrarse en lo verdaderamente fundamental, la idea que quiere transmitir, y esta no es otra que enseñar de lo que está hecha la condición humana. Un fisgón de lo cotidiano, escrupuloso observador y creo que un gran romántico al lograr que aflore la belleza oculta que en los detalles habita. Recomiendo su lectura a gente que le cuesta coger un libro. Venga, que no cuesta nada, son relatitos de unas pocas hojas. Y lo digo de esta manera porque suelo ser tomado como un bicho raro por tener siempre un buen libro a mano.

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